domingo, 25 de agosto de 2013

La educación prohibida


      "La educación prohibida" es un documental producido y financiado por 704 coproductores a través de internet. Este proyecto busca una trasformación social y educativa; exponiendo el núcleo fundamental de los distintos problemas que se suscitan en nuestra sociedad actual: el sistema deficiente y retrógrada educativo.
   
     El sistema educativo que ha venido rigiendo el comportamiento  de los estudiantes en un aula hasta el día de hoy tuvo su origen en Prusia, 1800. Este sistema está constituido por elementos de control y límites que se extienden hacia los niños para poder sistematizarlos y adecuarlos a una sociedad determinada. El problema de este mecanismo absurdo e insensato es que mutila la creatividad y habilidad autodidacta inherente a los niños. Impone límites y parámetros, buscando modificar el perfil humano para que siga dentro de una corriente que lleva a la frustración, a trabajos asalariados, a la negación parcial, y en el peor de los casos, absoluta, de sus gustos para servir al sistema. Y el sujeto se ve forzado a seguir un método impuesto y no encontrado por el mismo; esto implica la desconexión de la persona con su "yo".  En este proceso mecánico invariable los alumnos se ven aburridos, desorientados y asumiendo un rol automatizado.

   
     El estímulo que brinda forma y función a este mecanismo es el miedo, impide el libre desarrollo de los estudiantes en su entorno. Infunde un parapeto mental que no permite explorar nuevos horizontes y aproximaciones a la vida. La estructura de este sistema es lineal; con este procedimiento es fácil manipular la mente y las acciones: si estudias arduamente una material que no te gusta y sacas una buena calificación al finalizar el semestre, la maestra te tilda de buen alumno o como alguien que sí tiene potencial para ser alguien en la vida, aunque ese conocimiento sea efímero, temporal, y que no va a tener una aplicación útil en el campo laboral.

     Debe haber ciertas directrices o lineamientos básicos para que el estudiante pueda desarrollar su habilidad innata de producir conocimiento sin que una maestra o un plan de estudio le digan que hacer o que no hacer. Es sumamente importante que los alumnos estén dentro de un contexto propicio, donde no haya una persona que imponga reglas, sino que proponga una amplia gama de selección con las cuales se puede abordar cualquier tema. Este estado de autonomía incentiva el espíritu emprendedor, porque no existen limitaciones. Todo es impulsado por la intuición del sujeto, por su motivación (que es diferente a los demás, por eso no se puede tener un sistema educativo general), y tolerancia que tenga él ante las diferentes posturas de sus compañeros.

     La propuesta es la siguiente: replantear el sistema educativo, reestructurarlo con un enfoque holístico, y con una visión global. De esta manera, la escuela deja de limitar al estudiante a un plan de estudios, sino que le permite tener acceso a todo un universo de conocimiento, emociones, ideas, métodos y razonamientos que el sujeto piense pertinentes. Lo integra, junto con todas las personas que lo rodean, a un estado de solidaridad y libre pensamiento. Con este sistema, los estudiantes pueden integrar todas las materias en un mismo vínculo, sin tener que separarlas por especialidad, género o categoría, esto permitirá que los estudiantes puedan expandir su imaginación sin impedimento; dejando atrás el viejo modus operandi para aprender, y experimentar uno completamente nuevo, más humano, integrador, donde no haya aislamiento para el estudio entre generaciones; en el cual las personas puedan ser estímulo para otros, y al mismo tiempo ser estimulados por otras personas. Este sistema tiene como tarea formar profesionales libres y eficientes en su respectiva área de desempeño.






sábado, 24 de agosto de 2013

¿Qué se entiende por Dios?

        Esta semana, en clase de Lenguajes de la Comunicación, tuvimos un debate febril, pero racional, entorno a nuestras distintas posturas de lo que entendíamos por Dios. Naturalmente, hubo un universo amplio de concepciones dirigidas a la figura emblemática de un ser superior. Algunas personas abordaron el tema desde un plano estrictamente espiritual, y sostuvieron que Dios es un ente que solo puede percibirse a través del alma y de la oración; no es posible crear un concepto definitivo, precisamente por el hecho de que las personas que así conciben la idea de un Dios, están empleando un modo de pensamiento idealista subjetivo. Los elementos constituyentes de estos, no pueden ser analizados científicamente, lo cual sugiere una batalla tenaz de contradicciones: lo que puede ser analizado y diagnosticado siguiendo un riguroso método de validación y confiabilidad, y lo que solo puede tener una forma subjetiva, sin una aplicación universal. 

         Mis compañeros y yo, llegamos, a través de una depuración de información, a un punto en común; y de él, empezamos a estructurar nuestra postura. Unos decían que sí, en efecto, creen en un ser superior que dio movimiento y creó espacio, pero que les parece difícil acercarse a él sin parecer irracionales. Otros, proyectaron su información desde un plano completamente indiferente; diciendo que no les interesa creer en una figura dogmatizada, y prefieren invertir su tiempo en un tema que sea material y observable. Pero, finalmente, todos arribamos a un punto en común: Dios como algo (y digo "algo", porque para mí y para muchos, no está claro el concepto de Dios. Quizá porque no me he atrevido a buscarlo de una manera ciega) que satisface un vacío existencial dentro de nosotros.

       Los seis integrantes de mi grupo sostuvimos lo siguiente: la figura de Dios fue impuesta por la iglesia católica para desarrollar una ideología que pudiese tener una función de control en todos los ámbitos de la sociedad: política, cultura, economía (en especial esta), etc. Siendo así, Dios: un elemento controlado y divulgado por la iglesia católica con grandes pérdidas de sentido original. Creemos que si este personaje más importante de la historia universal, fue real y sus instituciones (me refiero a todas las religiones que profesan su nombre) se apegaran absolutamente a sus planteamientos y su sistema moral, sin ánimos de lucrar con el dinero recabado en recintos religiosos, sin buscar limitar la libertad de las personas, sin avidez de imponer un dogma; la iglesia, como la conocemos hoy, sería muy diferente, más sensible a las necesidades del pueblo.

      Personalmente, me considero una persona que busca el conocimiento irrefutable y científico. Como les comentaba  a mis compañeros, me es increíblemente inconcebible creer en una persona o ente superior que haya dotado a este mundo de movimiento, espacio y tiempo. Siempre he creído en el conocimiento que fue llevado por una serie de pasos científicos para dictaminar su validez y confiabilidad. Claro, hay muchas personas que prefieren que les impongan un dogma y no lo cuestionan, porque de esa manera llenan ese vacío, incertidumbre, y desasosiego con ideales (que muchas veces) están infundados. Yo tengo mis dogmas, pero los cuestioné y los acepté como válidos, después de una exhausta reflexión personal. Allí no creo exista un dogma,